Por la noche, la habitación de los niños estaba haciendo mucho ruido, unos jugaban
con la pelota, otros hacía el ``tú si que vales´´... Luego, todos estábamos haciendo
el tren y diciendo: conga, conga, conga,... Entonces nos regañó Quini porque
molestábamos antes a las niñas. En el final, mientras daba la charla Quini,
Ismael no paraba de reírse.
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