El último día del año, estábamos listos para que empiece la hora.
Cuando sonaron las campanadas, empezamos a comer uvas. Yo
pude comer la primera, segunda, tercera; cuarta; quinta y sexta
sin problemas. Pero cuando empecé a comer la séptima uva, tuve
más problemas de masticar y nos reímos mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario